Estampes Cambrilenques

Article publicat a Revista Cambrils el mes de juliol de 1955

El Dia Eucarístic de 1911

Juliol 1955 / La secció «Estampes Cambrilenques» elaborada per Josep Salceda es va publicar a Revista Cambrils des del setembre de 1953 fins el maig de 2005

Per Josep Salceda (1923-2011)

Estampes cambrilenques / Juliol 1955

En aquests dies en qué tot el món católic gira els ulls vers Déu Hóstia dels nostres altars, amb motiu del XXXVII Congrés Eucarístic Internacional que actualment es celebra amb tot l'esplendor a la bellíssima capital del Brasil, Rio de Janeiro, ens plan moltíssim dur a les págines de "Cambrils" no ja aquell inoblidable congrés anterior celebrat a Barcelona fa tres anys, sinó els actes vertaderament esplèndids amb que la nostra vila celebrà el XXII Congrés de Madrid, el 29 de juny de 1911.

Per la qual cosa copiem de la revista "El Mensajero del Corazón de Jesús" (Bilbao, desembre de 1911) la prolixa crònica que es publicació amb motiu d'aquella grandiosa solemnitat:

"Cambrils.— Juntamente con una calurosa invitación publicó la Junta organizadora de Cambrils un programa copioso y variado para las fiestas del Congreso Eucarístico, que al fin se celebraron con la solemnidad que podrán ver nuestros lectores en la siguiente relación que se nos ha enviado.

El día 29 de Junio formará, sin duda alguna, época en esta Villa, cuyos habitantes demostraron de un modo bien patente su amor al augusto Sacramento de nuestros altares.

Pocos días antes repartióse profusamente una proclama llena de entusiasmo, proponiendo la celebración de una solemne fiesta Eucarística de conformidad con los deseos de S.S. Pio X con el fin de unirnos con nuestros hermanos del Congreso Eucarístico de Madrid, y Cambrils en masa correspondió como era de esperar, conocida la religiosidad y nobles sentimientos de sus habitantes.

Pronto empezaron los preparativos de fiesta, siendo la iglesia parroquial la primera en ostentar sus más ricos adornos, gracias al incansable celo y reconocido desinterés del clero y de los Hijos de San Juan Bpta. de La Salle (Hermanos de las Escuelas Cristianas) procurando que el altar mayor resultara en lo posible un artístico trono al Dios tres veces santo.

Espléndido amaneció el gran día, siendo en gran número los que desde primeras horas se encaminaron a la iglesia para acercarse al tribunal de la Penitencia y después tomar parte en la Comunión general, cuya misa comenzó a las siete y media, siendo ésta la primera muestra de la grandiosidad del día que se preparaba. Nadie recuerda Comunión general que revistiese la solemnidad de aquélla por el número de devotos que se acercaron a recibir el Pan de los fuertes.

Durante la misa, los Novicios Menores de los Hermanos de las Escuelas Cristianas, con voces verdaderamente angelicales, como destello de la pureza de sus corazones, cantaron varios motetes adecuados al acto. Celebró el Reverendo P. Francisco Cantons, C.M.F., el cual en la plática propuso la Sagrada Eucaristía como punto de apoyo para levantar la patria, poniéndola a la altura que, cuando era devota de la Eucaristía, ocupaba en el mundo.

Al salir todos comentaban la grandiosidad del acto.

A las diez comenzó la misa mayor con exposición de S.D.M., celebrando el Rdo. Cura párroco, asistido de los Rdos. Higinio, coadjutor, y el Padre Centenos. Los novicios y escolásticos de los Hermanos mencionados interpretaron la misa del Santísimo Sacramento a tres voces, del maestro Ribera, magistralmente cantada por unas 80 voces.

Ocupó la sagrada cátedra el Reverendo P. Mas, Superior de la Casa-Misión de la Selva del Campo (Tarragona) quien después de felicitar al pueblo de Cambrils por la fiesta eucarística que celebraba, presentó la Eucaristía como una necesidad del hombre, como consuelo en nuestras aflicciones y como centro de nuestra Religión.

En medio del general entusiasmo, oyéronse las sonoras voces de las campanas anunciando la función parroquial. Efectivamente, empezóse ésta a las cinco asistiendo el Ayuntamiento en corporación, autoridades civiles y militares y numerosísima concurrencia de fieles, cantándose el trisagio del maestro Plasencia sobre los motivos del Pange Lingua, seguido de los ejercicios del mes del Sagrado Corazón.

Acto seguido organizose la procesión que más bien fue una grandiosa manifestación de fe y amor a Jesús Sacramentado. Precedía la cruz procesional seguida de los alumnos del Colegio del Sagrado Corazón de Jesús; seguían los jóvenes de la Congregación Mariana con su hermoso y rico pendón, el Apostolado de la Oración y multitud de hombres de todas clases, edades y estados; luego los novicios y escolásticos de los Hermanos y todo el personal de la Casa noviciado, cantando las alabanzas divinas con himnos adecuados al acto, en canto gregoriano y a varias voces, durante los intervalos que la música dejaba de lanzar al aire sus armoniosas notas.

Delante del Santísimo el grupo de monaguillos del noviciado, en número de veinte, iban alrededor de Su Divina Majestad echando flores y elevando nubes de incienso al Dios de cielos y tierra. Detrás de patio formaban la guardia de honor algunos números de la Guardia Civil. Seguían los señores tenientes de Carabineros y de la Benemérita, autoridades y una falange de mujeres cual nunca se había visto.

Encaminose la procesión en medio del mayor orden al Colegio-Noviciado, en donde habíase levantado un monumental altar en la puerta de su iglesia. Cantóse el himno Lauda, Sión, y al colocar la Custodia en el retablo del altar, la música tocó la Márcha Real. Siguió la procesión el curso señalado hasta llegar al altar levantado por los jóvenes congregantes en la plaza de Marianao, que, aunque sencillo, fue de buen gusto. El de las Hijas de María, levantado en la plaza de la Constitución, y el de las Celadoras del Sagrado Corazón de Jesús, tampoco carecieron de agradable aspecto y acertado gusto, cantándose en todos escogidos motetes de brillante ejecución y armonía.

Llegó la procesión a las ocho a la parroquia, y acto seguido cantóse el Tantum ergo a cuatro voces. Llegado el momento de la bendición, los acordes de la Marcha real y el entusiasmo de todo un pueblo que se rinde ante el augusto Sacramento de la Eucaristía hacía latir con inusitada intensidad los corazones de los allí presentes.

Acabose tan grandiosa manifestación con el canto popular y entusiasta "Volem a Déu...", cantado por el gentío que llevaba la iglesia de bote en bote."

Així continua la crónica en una relació interminable i espléndida:

"Merecen mil plácemes la Junta organizadora, que sin contar los sacrificios desplegó todas sus energías para el éxito de este día, las autoridades y todo el pueblo, que tanto se desveló para ponerse a la altura que les correspondía en homenaje al Sagrado Corazón de Jesús y poder echar en cara que mienten los que digan que el pueblo de Cambrils no es un pueblo eminentemente católico y entusiasta por la fe que le legaron sus antepasados."

 


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